Asma e inflamación

Comprender la causa subyacente del asma puede ayudarle a prevenir los síntomas antes de que aparezcan. Esto es lo que debe saber.

Tendemos a pensar en el asma como algo que viene y va: sensación de opresión en el pecho, sibilancias, dificultad para respirar y tos que puede variar con el tiempo.1

 

De hecho, el asma es una afección crónica que se presenta incluso en ausencia de síntomas.2 Esa opresión que siente en el pecho podría ser, en realidad, un signo de inflamación subyacente que afecta las vías por las que el aire entra y sale de los pulmones.3

¿QUÉ ES LA INFLAMACIÓN?

 

Comúnmente, la inflamación es la manera en que el cuerpo combate las lesiones y las infecciones.4 Es parte del sistema de defensa natural del cuerpo y desempeña un papel importante en su curación. En general, la inflamación está bien controlada por el cuerpo, de modo que se detiene cuando ya no es necesaria.4

 

Existen muchos factores diferentes que pueden causar inflamación. Si la inflamación no se controla adecuadamente, también puede progresar a inflamación crónica persistente.4

Cómo se producen los síntomas del asma

 

En el caso del asma, ciertos factores desencadenantes parecen activar el sistema inmunitario; por ejemplo, factores desencadenantes ambientales como el polvo o la contaminación.3 Las paredes de los tubos que conducen el aire a los pulmones se hinchan y llenan de mucosidad excesiva, lo que estrecha las vías respiratorias.3 Esta respuesta inflamatoria puede dificultar la respiración y causar opresión en el pecho, sibilancias y tos.3 Lamentablemente, si la inflamación crónica no se trata, puede provocar cambios permanentes en las paredes de las vías respiratorias, lo que podría agravar progresivamente el asma.3

 

Los expertos han estudiado diferentes maneras de ayudar a abordar la inflamación subyacente y minimizar las probabilidades de que surjan síntomas. Estas son algunas de las opciones que se han publicado, pero consulte siempre con su médico antes de probarlas por su cuenta.

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Actúe, no reaccione

 

Experimentar síntomas con regularidad es señal de que su asma no está bien controlada.1 Hable con su médico sobre el tratamiento diario para abordar la inflamación subyacente y disminuir el impacto que el asma tiene en su vida.5

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Coma MUCHAS frutas y verduras

 

Las evidencias indican que las plantas ricas en unos compuestos llamados polifenoles pueden tener efectos antiinflamatorios, lo que podría ser beneficioso para quienes padecen de asma.6 Los polifenoles se encuentran en frutas como uvas, manzanas y cerezas, así como en legumbres y cereales.6

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No fume

 

El humo del cigarrillo contiene un cóctel de sustancias químicas relacionadas con inflamación pulmonar.7 Si se le dificulta dejar de fumar, pida ayuda a su médico y no se rinda.

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Manténgase activo

 

Incluso 20 minutos de ejercicio moderado son suficientes para disminuir los niveles de proteínas inflamatorias en la sangre, según un estudio de la revista Brain, Behavior and Immunity.8 Puede leer más sobre esos beneficios AQUÍ. Pregunte a su médico qué ejercicios podrían ser adecuados para usted.

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Relaje su mente

 

Las evidencias indican que el estrés amplifica la respuesta inmune ante los factores que desencadenan el asma, haciendo que los síntomas sean más graves.9 Aborde las causas y programe momentos de relajación periódicos. Respiraciones profundas, completas.

La mejor noticia de todas es que protegerse contra la inflamación no solo es bueno para las vías respiratorias, sino también para la salud en general, así que comience a hacer cambios hoy mismo y su cuerpo entero se lo agradecerá.10,11

¿Está bien controlada su asma?

Si le preocupa su asma, hable con su médico sobre el tratamiento diario. La prueba de control del asma (asthma control test, ACT) es una manera rápida de ver cómo los síntomas del asma afectan su vida cotidiana. Haga clic en el enlace a continuación para obtener los resultados en segundos y asegúrese de compartirlos con su médico.

  • Referencias

    1. GINA. Global strategy for asthma management and prevention, 2021. Available at: www.ginasthma.org. Accessed November 2021.
    2. Ishmael FT. J Am Osteopath Assoc 2011;111(11 Suppl. 7):S11–17.
    3. Murdoch JR, Lloyd CM. Mutat Res 2010;690(1–2):24–39.
    4. Chen L, et al. Oncotarget 2018;9(6):7204–7218.
    5. Woodcock A, et al. Lancet 2017;390:2247–2255.
    6. Pandey KB, Rizvi SI. Oxid Med Cell Longev 2009;2(5):270–278.
    7. Lugade AA, et al. J Immunol 2014;192(11):5226–5235.
    8. Dimitrov, Hulteng and Hong. Brain Behav Immun 2017;61:60–68.
    9. Chen E, Miller GE. Brain Behav Immun 2007;21(8):993–999.
    10. Furman D, et al. Nat Med 2019;25:1822–1832.
    11. Hancox RJ, et al. Respir Med 2016;111:54–59.